lunes, 15 de marzo de 2010

Historia de una nevera...

Well, well...
Trágicas historias rodean al Yellow últimamente (crisis en la familia Flauta, mudanzas en el edificio de enfrente...) pero hoy no vamos a tratarlas, hoy es un día anecdotario.
Sabéis nuestra nevera, ¿no?

(De izda. a dcha. Simas Jasaitis, Pablo Aguilar, Pere Tomás, Rudy Fernández y Robert Pattinson)

Bueno, pues Carmen no estaba muy contenta con tanto jugador de basket ahí metido, y ya que por consenso Simas se quedaba, Rudy era mi elección, que lleva en el piso tanto tiempo como los muebles, y la foto de Pere es de Martina... Carmen había decidido sacar a Pablo.
Gemma y yo, no felices con la eliminación de semejante hombre, allá que nos lanzamos a la aventura: Pablo Aguilar, jugador de C.B. Granada venía este finde a Barcelona a jugar contra el Regal Barça, y como previamente habíamos hecho, con entradas para el partido y la foto en el bolso, fuimos hasta el Palau y esperamos a la salida.
Cuando el hombretón salió allá que nos acercamos, no sin antes contener el aliento (madredelamorhermoso, este machote quita el aire a cualquiera!) y le contamos la historia, google no le hace justicia y Carmen lo quería fuera de la nevera!!
Así que amablemente Pablo accedió a firmar una petición:

Ahí, de su puño y letra: Carmen, por favor, déjame en la nevera!! Un beso! Pablo Aguilar.
Claro, si un jugador de baloncesto profesional te pone eso, difícil es negarse... Así que ahí se queda Pablete... (Y dado que tenemos que ahora Carmen vaya exigiendo la eliminación de los mozoa paulatinamente el objetivo ha nacido por si solo, conseguir que cada uno firme su respectiva foto haciéndole la petición personalmente. Y si Rudy firma lo que pone en la nevera con magnetpoetry, mucho mejor...)

Por cierto! Aprovechando la cercanía de tener a semejante hombre de 2.03 y cuerpo esculpido por el mismísimo Miguel Ángel, las niñas se sacaron una foto con él (de nuevo las cámaras no le aman, pq en persona le amaría hasta el último ser humano de la tierra...)
Hala, a disfrutar cada mañana de la vista!!!

miércoles, 20 de enero de 2010

Tara y la mujer que pide dinero

Como si del título de la nueva película de animación moralista llegada a los cines se tratase, y retrasando una semana más la historia de "El cojo del entresuelo" (para crear esto que tanto funciona... ah, sí, expectativa) hoy os hablaré brevemente de varias novedades del vecindario.
Conocidos de todos son Los Cantori (a los cuales, por cierto, debe estar congelándoseles el ánimo, que desde aquí con las contras arrimadas consigo enfocar la puerta corredera del balcón rota, y eso en invierno, señoras y señores, no es bueno), Los Potter (casero and family del 4º2ª, no acabo de entender la afición de Harry, el adolescente de buen ver con gafas, por ir con hawaianas los días de lluvia) y Los Flauta (ay! Los Flauta, amigable familia donde las haya, una mirada suya de desaprobación en un cruce fortuito por las escaleras me alegra el resto de escalones arriba o abajo).
Bien, antes de hablaros del tema en cuestión (La Mujer que pide dinero, personaje que hoy os nombro pero no por ello nueva en la vida around Yellow) os he de comentar algo de suma importancia que creo haber olvidado postear aquí como el descubrimiento más interesante del año pasado (en comparación con... con nada, es lo más fuerte que nos ha pasado, dado que no conseguimos averiguar nada más sobre la familia Roca por la que llaman preguntando sin cesar, esto es lo mejor que hemos podido sacar).
Sara, la perra. Sara, ese animalillo desquiciado y bipolar. La perra del Niño Flauta. El cuadrúpedo cojo que las pasa, valga la mala pata de la expresión, perras para subir los cuatro pisos de escaleras... No se llama Sara. Válgame dios, 15 meses creyendo que compartía nombre con nuestra perra particular... y resulta que a la llegada de Martina al Yellow averiguamos lo siguiente: Sara en verdad se llama Tara.
Sí. Tara. Y yo no dejo de verle la mala leche... Tener una perra coja y llamarla Tara. No hubiese sido coja y la pobre acabaría tarada igualmente en un ambiente tan hostil como el den 3º2ª, donde la madre golpea al padre en el brazo cada noche cuando el pobre hombre se acerca a ella en busqueda de calor (es lo que tiene compartir pared, quiera o no me entero de todo).

Superando el shock os dejo la descripción del nuevo personaje (persona, que ahora que lo pienso, sería la novia ideal del Cojo del Entresuelo!! Si lo mío es ser casamentera, que veo parejas perfectas allá donde meto las narices!)


Poniéndole imaginación quitadle arrugas a la amable Cándida y obtendréis a La mujer que pide dinero. Lo que hace es bien sencillo, camina Creu Coberta arriba y abajo. No vagabundea, simplemente tiene el aspecto de todo viandante normal. Pero lo que hace es acercársete, mucho, te mira pausadamente, como si te fuese a pedir la hora o preguntar dónde está la maldita oficina de correos escondida siempre bajo un andamio. Y entonces, cuando ya tiene tu atención y te has parado, porque lo consigue, pararte, te mira con estos ojitos tiernos y te pide dinero.
No de manera amable, no de estas personas que a base de entrar en tu corazón acabas cediendo. Te sientes engañado, huyes!! Porque por mucho que la foto ilustrativa haga reír (me imagino que la señora pondría la misma cara ilusionada ante un billete de 20€) en el fondo es tan perturbadora como el cojo... y comparten ambos binoculares la mar de salados.

Próximamente El cojo... lo prometo.